miércoles, 6 de julio de 2011

El fútbol es…todo o… nada

El fútbol se juega bien, se juega mal, o simplemente se juega. El fútbol brinda alegría o llena de tristeza. El fútbol hace sentir el orgullo de ser seguidor de un equipo o produce vergüenza de ser su aficionado. El futbol, pasando al campo sentimental, es vida o muerte; es la razón de ser o el caos total. El futbol es…todo o… nada… El fútbol es…simplemente fútbol.

Algunos lectores de Cosas mías, criticaron la última columna dizque porque estaba llena de optimismo; según ellos, lo hecho por el equipo nacional no pasada de ser un toque de suerte, acompañado de una baja producción de los grandes del fútbol sudamericano. Sin embargo, al cerrarse el juego contra los argentinos, esas opiniones, de eso estoy seguro, han cambiado diametralmente.

Personalidad, destreza, decisión, entrega y concentración, entre otros, fueron factores que influyeron en la destacada actuación de la selección Colombia en su segundo juego de la Copa América. Solo faltó el gol, malogrado en tres oportunidades, para que la faena, como dicen los taurófilos, fuera completa.

Colombia jugó tan bien su segundo partido, que diarios tan prestigiosos como Olé y Clarín y la revista El gráfico coincidieron al afirmar que la selección de “bolillo” mereció el triunfo, porque fue más que Argentina.

Como prueba de lo anterior, remito el texto de El Gráfico a los dos minutos de haber terminado el juego: SANTA FE (Enviado especial).-Pudo haber sido el desastre de Santa Fe. Increíblemente, el 0-0 contra Colombia termina siendo un resultado que hasta podría catalogarse como positivo. ¡¿Qué?! Sí, una cosa no quita la otra: Argentina atinó a empatar en una noche en la que debió haber perdido y en la que pudo haber sido goleada. Lo único destacable de esta visita a Santa Fe es que la Selección aún depende de sí misma para clasificar a los cuartos de final. A excepción de ese dato estadístico, la Selección hizo agua en todas las líneas, se mostró sin convicción en el trámite, mostró una alarmante faceta de debilidad anímica y quedó expuesto a nivel táctico, pero también a nivel de intensidad: Colombia metió más, jugó más y mereció más. Muchísimo más.

Ahí queda dicho todo, en el cementerio de los elefantes solo faltó enterrar al paquidermo local; lo demás, es carreta o respirar por la herida.

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