El maltrato que la policía daba a los hinchas, en el estadio el Campín
(a la fecha, nada ha cambiado), originó siete años atrás (mayo de 1977), una
columna que se llamó: El estrato de los hinchas. Hoy, el
maltrato que la Dimayor da a los periodistas, en el estadio el Campín, da
origen a esta columna, y a su discriminatorio título; es decir, la historia se
repite.
La Dimayor, sigla de la División mayor del fútbol colombiano, es una respetable
institución de carácter privado, fundada en 1948 en la ciudad de Barranquilla,
con el propósito de promover y programar partidos de fútbol, a nivel
profesional.
Las primeras salidas en falso, de esta respetable entidad, datan desde
1949, seis meses después de su creación; pues con su aval llegaron al país las
grandes figuras del fútbol argentino, sin transferencia alguna, a integrar los
nacientes equipos afiliados a ella. Esta actuación anómala originó la
suspensión, por parte de FIFA, de la afiliación de Colombia a la máxima rectora
del fútbol mundial.
La solución a la irregularidad llegó tiempo después, sin que el torneo
nacional se suspendiera en momento alguno. La etapa de la referencia se denominó
como "la época dorada del fútbol", encontrando en la Radio, como hoy, el vehículo de promoción permanente e
incondicional, para motivar a los nacientes aficionados, a acompañar a sus
equipos, cada tarde de domingo, en las canchas y estadios del país.
Es importante resaltar que ha sido la Radio, más que cualquier otro
medio, el aliado fiel que ha tenido el fútbol, en todos sus niveles.
La Radio de aquellos años era una sola, para la Dimayor; no se hacía
diferencia por potencia, posición en el dial, nivel económico de sus
propietarios, o cualquiera otra condición, para calificarla; era simplemente la
Radio que, apoyaba, como hoy, al fútbol.
La Dimayor siguió cometiendo errores, sus salidas en falso se
repitieron, las dificultades se superaron y, la Radio, toda la Radio, siempre
estuvo ahí, para apoyar al fútbol y dar una mano a los directivos.
Las cosas cambian, los directivos se renuevan y las políticas y los
intereses son otros; hoy, la Dimayor, mediante sus empleados, ha decidido
establecer diferencias, para entrar a calificar, según su criterio, cuales
emisoras de Radio son importantes y cuales no.
Sus empleados, que no conocen el manual de los medios informativos de
FIFA, descalifican, con ignorancia crasa a la mayoría de las estaciones de Radio
que cubren el fútbol. Desconocen la filosofía y estrategia de la máxima rectora
del fútbol en el mundo, la cual recomienda en el literal A de su manual: "Trate a todos por igual. No
permita que se le acuse de favoritismo… ", o la recomendación: "Trabaje con los medios y no
contra ellos", y muchos otros puntos, como favorecer a la
televisión, por encima de los demás medios; esto también lo prohíbe el manual
de FIFA; pero parece que todos lo desconocen.
Los empleados de Dimayor, que fungen como Comisarios de Campo, al parecer, no se han leído el Artículo 145
del Reglamento de la entidad, que consagra sus funciones y deberes, que no son
las de porteros o guardas de seguridad. Tampoco, al parecer, se han leído el
Artículo 147 del Código Disciplinario de la Federación Colombiana de Fútbol, el
cual contiene las mismas normas. Para su información, en ningún punto, de esos
dos documentos, se faculta al Comisario de Campo para que, califique la Radio, o requiera
identificación a los locutores y periodistas, en la zona de las cabinas de transmisión.
Los empleados de la oficina de Comunicaciones de la Dimayor, son personas respetables, todas ellas; pero, al menos uno de ellos no conoce sus
funciones; pues en ellas no se consagra autorización alguna para contactar
telefónicamente a un periodista, con el fin de intimidarlo con la expresión: "no queremos tomar medidas mayores",
porque el periodista salió en defensa de la discriminada Radio.
Ramón Jesurum, presidente de la Dimayor, ¿sabrá todas las cosas que suceden
en su entidad?, o ¿se actuará a sus espaldas, como suelen decir algunos
políticos, cuando se quieren lavar las manos?
Los medios que cubren el fútbol han sido vejados, discriminados,
intimidados y, cada día se acentúa más la censura sobre su trabajo periodístico.
Ante esto, Acord Colombia calla y cohonesta en forma pasiva y silenciosa con
los agresores de nuestra hermosa profesión, bautizada por Albert Camus: "el oficio más bello del mundo".
Lea otras columnas en Cosas mías: alvarojaviercalderon.blogspot.com
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