martes, 17 de junio de 2014

De goles y años

El mundo ha dado el primer sorbo a la Copa Brasil 2014 y su sabor ha complacido hasta a los más escépticos. Los goles, con promedio superior a los 3 por juego, y los “veteranos”, extraordinarios como en sus años mozos, son el centro de atención.

Los 16 juegos iniciales marcaron el cumplimiento de la primera fecha de la fase de grupos, y sus resultados han superado las expectativas sobre el certamen. Brasil Holanda, Francia, Alemania, Argentina, Italia y Colombia, comenzaron con pie derecho, cumpliendo con los pronósticos de los entendidos en la materia.

Inglaterra, Rusia y Uruguay se quedaron, del grupo de candidatos, permitiéndole a Costa Rica entrar a la baraja de notables, donde nadie le daba un puesto.

El gol, con 49 anotaciones, ha sido el gran protagonista de esta primera fecha, porque su número ha superado al obtenido, en el mismo período, en otras competiciones orbitales.

Las figuras, o quienes llegaron con ese rango, no han brillado con el esplendor que se esperaba. Los veteranos han sacado la cara por los jóvenes que, no logran su máxima exposición.

Andrea Pirlo, Arjen Robben y Rafa Márquez, deslumbran a pesar de sus más de 30 calendarios. De los jóvenes, Neymar, con sus 22 años, es el único que, hasta hoy, se salva de la debacle.

“Memo” Ochoa, portero de México, se erige como el guardameta del torneo. Su actuación ante Brasil y el haberle cerrado el marco a Neymar, son suficientes para ponderar su trabajo.

Colombia, por su parte, ha hecho la tarea con sobrados méritos. Ganó el juego que tenía que ganar; Grecia era el rival a vencer, porque su férreo sistema defensivo amenazó con dar al traste, no solo con las esperanzas de millones de colombianos, sino con las tácticas ofensivas de Pékerman.

No se ha hecho mucho, aún; pero ya se hizo mucho con el comienzo. En los siguientes juegos de Colombia los rivales le permitirán jugar más al fútbol que, a la fuerza de la contundencia.

Bienvenido el fútbol; compendio de alegrías, sufrimientos, celebraciones y frustraciones. Por eso se ha calificado como el deporte más bello del mundo, el que une razas, estratos, creencias, pasiones, y siempre tendrá una nueva oportunidad para hacer mejor las cosas.

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